Primavera oaxaqueña: entre la fortuna y la virtud
Publicado en NVI Noticias el Martes 24 de enero de 2023
Por: Arturo Tapia*
El gobernador se ve contento. En sus presentaciones
públicas aparece sonriente. Habla de una primavera oaxaqueña. Su narrativa
anuncia una ruptura con el pasado, al cual se refiere como uno de corrupción,
saqueo, mentiras y simulación. Con su gobierno inicia, dice, un tiempo nuevo y un
movimiento que promueve la austeridad, la justicia, la interculturalidad, la
transparencia, el diálogo, los derechos, la paz y el bienestar. Es un gobierno
de izquierda, afirma.
Sugiero con Maquiavelo que, al iniciar este
gobierno, ha sobrado la fortuna, pero la naturaleza de la sociedad oaxaqueña
reclamará también -y cada vez más- la virtud o capacidad de nuestro gobernador.
En poco más de un mes de la nueva administración,
la fortuna se ha hecho presente: se logró, por ejemplo, un acuerdo de paz entre
los Triquis que, al parecer, podría concretarse en el regreso de los
desplazados de Tierra Blanca a su lugar de origen a finales de enero. También
ha sido productiva la relación con el congreso local donde MORENA tiene mayoría.
En menos de un mes se aprobaron las dos iniciativas de Ley presentadas por el
ejecutivo en materia de revocación de mandato y de austeridad. Adicionalmente,
el presupuesto público aprobado por el congreso federal para el estado en 2023
es 10 por ciento superior respecto al del año pasado.
Agreguemos que, la relación del gobernador con
AMLO es cercana (se dicen amigos) y las megaobras promovidas por el gobierno
federal (caminos a cabeceras municipales, carreteras a la costa y al Istmo, y
el Interoceánico) siguen teniendo financiamiento. En el colmo de la fortuna, en
su reciente visita al estado, AMLO abrió horizontes de remoción del principal
obstáculo que ha enfrentado la culminación de la carretera a la costa al poner
un plazo para que las comunidades de San Vicente Coatlán y de Sola de Vega
diriman su conflicto limítrofe; en caso contrario, les dice, se modificará el
trazo original de la carretera, o sea, es una posible resolución que sólo una figura
como la del presidente podría generar.
A todos estos eventos afortunados se agrega el
hecho de que los visos recientes de radicalización de la Sección 22 no se han
concretado. El magisterio parece haber optado por una vía institucional de
relación con el gobierno estatal, así que, todo tranquilo por ahora con el
actor de más peso social y político en el estado.
El tsunami de recursos federales para obras públicas
y para programas sociales financiarán muchos de los resultados del gobierno
actual, tal como lo hicieron con el anterior, el cual fue prácticamente rescatado
de su potencial parálisis y de los nulos resultados que se vislumbraban en su gestión.
Por otra parte, la 4T promueve un modelo de
desarrollo basado en la inversión y el empleo. El gobernador comulga plenamente
con éste. El Interoceánico y sus parques industriales serán, en su visión, un
detonante de ese desarrollo. Está convencido de que su sexenio verá la conclusión
de esta y de otras megaobras con sus anunciados impactos positivos.
Tantos eventos afortunados dan razones para que
el gobernador esté contento y optimista, pero no debería olvidar que, la
fortuna no va a serlo todo. La crisis de gobierno y la anomia social bajo las que
heredó Oaxaca tienen causas tanto estructurales como subjetivas (i.e. enojo e
indignación) cuya atención reclama virtudes personales y del equipo de gobierno.
Elevar su reputación a través de la verdadera transparencia y rendición de
cuentas es sólo un primer paso.
Impartir justicia, construir acuerdos de paz y
elevar el bienestar material y subjetivo de las personas requiere capacidades muy
concretas de acción pública. Necesitamos, por ejemplo, ver sanciones por las
obras de precaria calidad en la avenida Símbolos Patrios y en otras obras
inconclusas inauguradas por el gobierno anterior bajo un aparente cálculo de
engaño e impunidad.
Por otro lado, para que las poblaciones ya no litiguen
sus inconformidades en las calles, cruceros y carreteras del estado, a causa de
conflictos que se activan en sus municipios y agencias, es necesario revisar y
diseñar, por ejemplo, una estrategia que atienda los problemas de corrupción, de
mala distribución de recursos y de violación de derechos políticos en los
municipios. Afrontar estos problemas supondría promover una reforma que involucraría
el tema de la autonomía municipal cuya complejidad y conflictividad reclamarían
grandes virtudes políticas en el príncipe (Maquiavelo dixit). Por el
bien de la primavera, esperemos verlas.
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