Gentrificación en el consumo de dulces regionales en el centro histórico de Oaxaca

 




Por: José Daniel Pinzón Cid

IISUABJO

El centro histórico de la ciudad de Oaxaca sufre niveles alarmantes de gentrificación. Al recorrer las calles del centro nos encontraremos habitualmente con anuncios escritos en su totalidad en el idioma inglés para el turista del norte global, o al caminar brevemente por el andador turístico hallaremos galería de arte en la que son los mismos turistas del norte global los únicos disfrutando de las obras. Estas señales de gentrificación son sumamente visibles, sin embargo, existen otras manifestaciones del fenómeno menos perceptibles, tales como la gentrificación en los dulces regionales.
En sus inicios el término de gentrificación hacía referencia al despojo e invasión de los barrios obreros por parte de la clase media-alta. Sin embargo, el término ha tenido varias reinterpretaciones y subdivisiones para amoldarse a las distintas problemáticas sociales. Actualmente existe la denominada gentrificación turística, en la cual, a diferencia de la gentrificación inicial, no son los obreros los despojados de sus vecindarios, sino los habitantes locales despojados de sus vecindarios o de espacios cotidianos por parte de las masas turísticas. A su vez, entra en escena otra subdivisión del término, la gentrificación alimentaria, en donde la comida empieza a dirigirse hacía grupos aburguesados, lo que para la comunidad local significa el despojo de alimentos culturalmente centrales que se convierten en modas y dejan de ser asequibles para los mismos. A pesar de las diversas subdivisiones del término gentrificación, siempre se tienen que respetar las ideas centrales del término, el despojo de los locales de algo que forma parte de su vida cotidiana por parte de un grupo predominante.
Se realizaron entrevistas a las y los locatarios de dulces regionales acerca de los principales consumidores y la cantidad de ingresos en los principales mercados del centro histórico: el mercado de la Merced, el Benito Juárez, el Sánchez Pascuas, y el 20 de noviembre (cabe aclarar que no se encontraron locales de dulces regionales en el mercado 20 de noviembre). Se encontró que, en el mercado Benito Juárez, el cual es el de mayor ingreso diario, la población de consumidores son en su mayoría turistas extranjeros. Mientras que, en los otros mercados de menor ingreso económico, la población de consumidores es más heterogénea entre locales y turistas extranjeros. Esto indica que existe una relación entre la cantidad de extranjeros consumidores de dulces regionales y la cantidad monetaria en los ingresos de las y los locatarios. En palabras más simples, existen indicios de un cambio de la población consumidora de dulces regionales por parte de turistas del norte global.
Cabe aclarar que esta problemática no llega a ser, al menos aún, un despojo de los dulces regionales, es decir, usted o yo como local aún podemos ir a cualquiera de los mercados mencionados y comprar algún dulce regional. Sin embargo, sí existe un cambio en la población consumidora, la cual responde a dinámicas de una clase económicamente superior ocupando el lugar que inicialmente era de locales. Pero es de suma importancia recalcar que este cambio se ha dado debido a que las y los oaxaqueños hemos terminado por generar un “hueco de consumidores”, es decir, son cada vez menos las personas locales que consumen estos dulces. Al generar este hueco las y los locatarios han visto como auténtico oportunidad a los turistas extranjeros, los cuales ahora son los principales consumidores en los mercados zonales.
Estamos a tiempo de frenar e incluso revertir esta situación. No le sigamos dando la espalda a nuestros dulces tradicionales, empecemos nuevamente por preferir consumir un conito a una paleta payaso. Seamos conscientes de este problema y frenémoslo. Evitemos que una nueva parte de nuestra identidad oaxaqueña se gentrifique y termine inmersa en lógicas de un mercado dominado por el turismo extranjero.

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