Puerto Escondido: hacia la gobernanza

Fotografía: Wilmer Gil. https://estadoactual.com/transportistas-bloquean-crucero-al-aeropuerto-de-puerto-escondido/. Consulta: 01-04-2024


Por: Arturo Tapia 

IxM en el IISUABJO 
latapiagu@conahcyt.mx

Hace unos días el gobierno estatal informó que, durante la temporada vacacional de Semana Santa la carretera de Oaxaca - Puerto Escondido rebasó las expectativas por el gran movimiento turístico que condujo a los destinos de playa en la costa. A este respecto, la secretaria de turismo detalló que, en comparación con cifras de la Semana Santa de 2023, este año se alcanzaron mayor ocupación hotelera, más afluencia de turistas y una derrama económica equivalente a unos 210 millones de pesos adicionales.

Frente a estos datos el gobernador señaló que la nueva vía de comunicación tendrá un extraordinario impacto en la generación de desarrollo y bienestar para todas y todos los oaxaqueños. Quizá tenga razón, pero seguramente el impacto positivo no será automático ni inmediato.

No se trata de negar aquí la positividad de los datos, y mucho menos, de ser escépticos frente al potencial de actividad económica que se asoma, pero el contexto muestra hechos que, también dejan claro que el desarrollo turístico de la costa no se refiere solo a indicadores cuantitativos -sean el número de cuartos de hotel, de vuelos, de turistas y de derramas económicas- sino de tomar decisiones que hagan sostenible el destino y sus recursos naturales. A mi juicio, el gran reto será construir un arreglo de gobernanza en el que todas las partes interesadas en el desarrollo territorial definan las reglas de acceso, uso y aprovechamiento de Puerto Escondido. Lo digo así porque desde hace tiempo se vienen acumulando signos que ponen en duda la sostenibilidad del lugar como opción turística.

El gobernador mismo ha expresado preocupación por las problemáticas que puedan generarse por el incremento de visitantes. Hace unos días habló de posibles problemas de agua, basura, estacionamiento, capacidad hotelera, seguridad, entre otros. Reconoció que es necesario un Plan de Ordenamiento Territorial -que ya se está trabajando, dijo-, la elaboración de mapas de riesgo y la conformación de Consejos Interinstitucionales. Por supuesto estas acciones anunciadas parecen en la dirección correcta, pero son tardías. El gobernador reconoció que se debieron realizar al menos desde hace cinco años. Ya vamos tarde.

Sin pretender un recuento exhaustivo de los retos, conviene referir algunos inmediatos. El más visible quizá sea el de que las calles de Puerto Escondido no tienen la capacidad para albergar el número de vehículos que están fluyendo por la nueva carretera. Se necesitarán estacionamientos y sus respectivas regulaciones.

Por otra parte, hasta donde se sabe, no está resuelto completamente el conflicto limítrofe que mantienen los municipios de San Pedro Mixtepec y de Santa María Colotepec, los cuales comparten la sede de los servicios y de la infraestructura turística de Puerto Escondido. De esta manera, el conflicto tiene manifestaciones intermitentes que alteran de vez en cuando la prestación de los servicios turísticos. Por supuesto, se trata no sólo de un problema limítrofe, sino de uno que implica la distribución de rentas turísticas, igual que el que sostienen Juquila y sus vecinos de Santiago Yaitepec, o el de San Lorenzo Albarradas y su agencia de San Isidro Roaguía donde se localiza Hierve el Agua.

No se trata solo de generar más renta turística, sino de establecer reglas de distribución entre las partes interesadas. Puerto Escondido (y la zona que corre a lo largo de la nueva carretera) ya es escenario de problemas de este tipo, por ejemplo, en el sector transporte. En agosto de 2023 un grupo de conductores y concesionarios de sitios de taxis realizaron un bloqueo en el crucero hacia el acceso del aeropuerto internacional de Puerto Escondido para frenar la conformación de un sitio nuevo. En el mismo sentido, unos días después de inaugurada la carretera, en febrero, la empresa comunitaria Ruta Coatlanes-Costa instaló un retén para no permitir el paso a otras líneas de transporte. Argumentaban que tenían acuerdos con las autoridades estatales para circular por esa autopista con derecho único y exclusivo. Hechos similares ocurrieron unos días después con el bloqueo a los autobuses de la empresa ADO, a quienes se acusaba de querer monopolizar el marcado de pasajeros a la costa. Tras mesas de diálogo con representantes de empresas transportistas, autoridades y pobladores de comunidades, parece que se lograron acuerdos para que varias empresas de transporte puedan brindar el servicio. En todos estos casos se reitera el problema de definir quienes tendrán acceso a las rentas generadas por el turismo. Es un problema distributivo.

Por otra parte, desde hace algunos años se ha denunciado la contaminación de playas de Puerto Escondido. En abril de 2021 la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) muestreó 15 playas de Oaxaca destacando las de Puerto Escondido entre las más contaminadas. Esto se asocia a lo que algunos ambientalistas han señalado como la saturación del sistema de drenaje de esta localidad. Es evidente que el incremento en el flujo de turistas agravará este problema. A finales de 2022 grupos ambientalistas denunciaron que hoteles y restaurantes vierten sus aguas de desecho hacia el mar. Quizá por eso en agosto de 2023 la COFEPRIS volvió a colocar las playas de Puerto Escondido entre las más contaminadas.

El tema de la inseguridad también tendrá que atenderse. En marzo de 2021 un comando armado abrió fuego en un café ubicado en Punta Zicatela de Puerto Escondido y después incendió el lugar. Un modus operandi propio del crimen organizado. A esto se suma el asesinato con arma de fuego en 2022 de cinco personas en un establecimiento en la localidad de Puertecito, municipio de Santa María Colotepec, población cercana a Puerto Escondido. Entre los asesinados estaba el excomisario de Bienes Comunales de Santa María Colotepec. La semana pasada asesinaron a 3 personas en menos de 24 horas. El problema de inseguridad es grave y al parecer, creciente.

La ansiada carretera a la costa se inauguró en un momento en el que Oaxaca se va reforzando como un sistema social que padece crecientes problemas públicos; es decir, problemas que afectan a todos o al menos, a muchos. Pensemos sólo en la crisis de los residuos sólidos o en la crisis hídrica que todavía están en curso.

A mi juicio, muchos de estos problemas se gestan en la conjunción de dos fallas estructurales de la sociedad oaxaqueña: por un lado, el cortoplacismo de sus gobernantes, es decir, su incapacidad de tomar decisiones planificadas, articuladas o preventivas frente a problemas púbicos; y por el otro, la dificultad de construir acciones coordinadas entre las diferentes partes interesadas en la resolución de esos problemas.

La carretera Oaxaca-Ventanilla que reduce el tiempo de traslado de la capital del estado a Puerto Escondido es vista por muchos como un detonante para el desarrollo, y quizá pueda serlo, pero no parece que esto vaya a suceder en automático sin que medien acciones correctivas, antes bien, requerirá planificación y reglas de interacción entre las distintas partes interesadas. La gobernanza se entiende como la construcción de acuerdos colectivos para resolver problemas comunes. Si no empezamos a hablar de la gobernanza de Puerto Escondido, empezaremos a ver con toda probabilidad el multiplicarse de las problemáticas territoriales y el deterioro de su clima social con sus potenciales efectos en clave de malestar; es decir, lo contrario a lo que hoy se anuncia con tanto entusiasmo.


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